Jorge Enrique Adoum y la Latitud Cero

Auteurs

  • Ramiro Oviedo

Résumé

Hace más de medio siglo que Adoum ha venido escarbando el pasado ecuatoriano, intentando hallar un sentido a las cicatrices, a la desvergüenza de la historia y a la utopía posible de un país digno. Su obra constituye simultáneamente un inventario cultural, un monumental poema épico-filosófico y un reservorio pluridisciplinario en efervescencia, que revelan al intelectual listo a cultivar todas las formas posibles para explicar al hombre ecuatoriano, su espacio y su historia. Detectando los agentes corrosivos y tomando partido por el hombre, consuetudinario perdedor en esa parcela del mundo llamada Ecuador, el escritor exhibe las patologías y las virtudes nacionales, la hipocresía social, la pereza intelectual, la cobardía de unos y la complacencia de otros, los silencios cómplices y las grandes perversiones que tejen la vida del Ecuador. Siendo la ecuatorianidad el tema axial de toda la producción de Adoum, y apoyándose particularmente en el ya clásico Señas particulares (Eskeletra, Quito,1998), este trabajo intentará definir las claves de la identidad ecuatoriana, sobre todo los conceptos de diversidad, fragmentación, desencuentro, desamparo histórico, ambigüedad y carencia, en un marco de tensiones internas que tiene como agravante el proceso de globalización. En efecto, el carácter heterogéneo de la sociedad ecuatoriana, derivado de un proceso histórico complejo, signado por la diversidad cultural, las perversiones del capital y más de una herencia mal asumida, parece corroer la autoestima nacional, huérfana de héroes y vaciada de mitos y de razones de orgullo, según la historia escrita por las élites. En el actual proceso político ecuatoriano, caracterizado por tendencias alternativas y por el rechazo de los discursos dominantes, es emergente -según Adoum- retomar una noción de identidad nacional que pase por una re-escritura de la historia y por la determinación de los ecuatorianos para evitar que se prolongue y deje de ser la continuación del presente, lo que sólo será posible si se fomenta la unidad, la democracia participativa y el respeto a las diferencias culturales. En estos tiempos postmodernos, escarbar la identidad no es un fracaso, sino la manera más lúcida -para los ecuatorianos-, de explicarse todos los fracasos y comenzar desde cero, después de superar el malestar antológico, las tergiversaciones y los estereotipos.

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Publié

23/03/2010